El dolor de cuello es un incordio. Ya sea porque has dormido en una posición extraña, sufrido una lesión previa o hecho un movimiento brusco –algo que todos odiamos cuando nos pasa– sentir un crujido en el cuello puede estropear tu jornada, en el mejor de los casos. Ahora podrás descubrir por qué se produce y qué puedes hacer para aliviar el dolor de cuello, de manera que moverte dibuje una sonrisa en tu rostro en vez de una mueca de dolor.
Cualquier persona puede sufrir dolor de cuello. De hecho, la mayoría lo experimenta de vez en cuando, generalmente debido a una mala postura o una sobrecarga muscular. Sin embargo, a veces el dolor de cuello está causado por una lesión, como el latigazo cervical, una caída o un golpe en los deportes de contacto. Si es tu caso, es probable que necesites atención médica.1
Síntomas del dolor de cuello
Los síntomas del dolor de cuello varían desde una simple molestia hasta un dolor muy agudo. La mayoría de los síntomas del dolor de cuello no son motivo de preocupación. Sin embargo, algunos síntomas pueden indicar un problema más grave que necesita atención médica. Te ayudaremos a descifrar cuándo el dolor de cuello es motivo de preocupación y cuándo no.
Los síntomas y signos del dolor de cuello pueden ser2:
- Rigidez o dificultad para mover el cuello
- Rigidez o espasmos musculares
- Dolor agudo
- Malestar general y dolor
- Dolor de cabeza
- Dolor que se agrava cuando mantienes la cabeza en una misma posición, como al conducir o trabajar en el ordenador
Si el dolor de cuello se produce después de una lesión, caída o accidente, debes acudir al médico de inmediato. Podría ser una señal de que existe un daño que requiere tratamiento médico.
El dolor de cuello puede parecer mucho más espantoso de lo que realmente es. La mayoría de los dolores de cuello desaparecen solos recurriendo a remedios caseros.3 Sin embargo, si sufres alguno de los siguientes síntomas, será mejor que consultes a un médico:4
- Dolor persistente que no mejora en días
- Dolor de cabeza intenso
- Entumecimiento u hormigueo
- Dificultades para agarrar objetos
- Dolor que se extiende por una o varias extremidades
Causas del dolor de cuello
Básicamente, la parte superior de la columna vertebral y la médula espinal, nuestro cuello, está compuesto por siete vértebras que forman lo que se conoce como columna cervical. Por esa razón a veces nos referimos al dolor de cuello como dolor cervical. Entre esas vértebras existen unos discos de cartílago que brindan amortiguación. También hay nervios que se extienden por todo el cuello, así como músculos, tendones y ligamentos que nos permiten girar el cuello o mover y sostener la cabeza. El dolor en el cuello puede estar causado por una tensión o lesión en cualquiera de esas estructuras.5
Según su causa, el dolor de cuello puede ser agudo o crónico–es decir, puede ser de corta duración y desaparecer rápidamente o puede adquirir un carácter duradero y recurrente–.
Algunas de las causas del dolor de cuello agudo son:6
- Posturas inadecuadas
- Dormir en posiciones incómodas
- Movimientos repetitivos
- Radiculopatía cervical o nervio pinzado
- Llevar un bolso pesado en el hombro
- Traumatismo o lesión
- Causas inespecíficas
El dolor de cuello crónico puede estar causado por diferentes enfermedades.
A veces el estrés emocional también puede causar dolor en el cuello. La ansiedad, el estrés e incluso la depresión pueden hacer que los músculos del cuello se tensen demasiado, lo que desencadena ese incómodo dolor en el cuello.7
¿Cómo evitar el dolor de cuello?
- Aplica calor en el cuello usando almohadillas térmicas o toallas tibias y húmedas, o date un baño caliente
- Masajea y mueve el cuello
- Estira el cuello8
- Reduce el estrés9
- Aplica hielo en la zona lesionada
- Mantén una postura adecuada mientras estés sentado, de pie o caminando10
- Duerme en una posición que le brinde un buen apoyo al cuello11
- Haz ejercicios para fortalecer el cuello12
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Dolor, salud y bienestar
Ni el dolor es únicamente una sensación física ni siempre se alivia recurriendo solo a los medicamentos.
Intentaremos ayudarte a tomar las riendas en tu lucha contra el dolor, cuidando tus hábitos de sueño y alimentación, protegiendo tu bienestar mental y siguiendo terapias complementarias que alivien el dolor.