Nuestras rodillas son esenciales para movernos cada día, por eso cuando se dañan el dolor se vuelve omnipresente. Si te estás preguntando qué causa el dolor de rodilla o cuándo debes consultar a un médico, te explicamos todo lo que necesitas saber sobre esta dolencia y qué puedes hacer para aliviarlo.
¿Sabías que las rodillas son dos de las articulaciones más grandes y complejas de tu cuerpo? Durante todo el día las sometemos a un gran esfuerzo, dado que están involucradas en muchos de nuestros movimientos cotidianos, tanto cuando caminamos como cuando nos paramos o sentamos. ...
De hecho, existen muy pocos movimientos que excluyan las rodillas, las necesitamos incluso para caminar hasta la cocina y quedarnos de pie el tiempo suficiente para preparar esos snacks saludables que comeremos tumbados en el sofá viendo una peli.
Por tanto, no es extraño que tus rodillas doloridas te recuerden que están ahí. Aliviar el dolor de rodilla no solo te brindará más energía para caminar, sino que también te dibujará una sonrisa en el rostro cuando puedas volver a disfrutar de tus actividades favoritas. Nuestra primera recomendación para aliviar esa molestia es: siéntate, levanta los pies y relájate, ¡aaahh!, mientras sigues leyendo sobre esta dolencia y descubres qué puedes hacer para aliviarla.
En primer lugar, debes saber que no estás solo. El 80 % de las personas que sufren dolor, tienen dolor de rodilla1. Aunque este dolor puede afectar a cualquier persona de cualquier edad, las rodillas doloridas son más comunes a medida que envejecemos, debido al uso y desgaste al que se someten con el paso de los años, especialmente si tienes sobrepeso ya que esos kilos de más añaden presión a las articulaciones, o si practicas algún deporte.
De hecho, los atletas y corredores son particularmente propensos a sufrir lesiones de rodilla. Dado que tus rodillas son esenciales para la movilidad, cuando te duelan no podrás practicar deporte y es probable que tengas dificultades para realizar acciones tan simples como caminar y subir escaleras.
Los síntomas y signos que acompañan el dolor de rodilla son:
- Dolores o molestias en la rodilla que aparecen de repente
- Inestabilidad y debilidad en la rodilla, o sensación de que la rodilla está a punto de ceder
- Chasquidos o crujidos en la rodilla
- Hinchazón
- Enrojecimiento
- Rigidez, bloqueo de la articulación e incapacidad para enderezar la rodilla
A menudo, estos síntomas se pueden aliviar de forma segura en casa o con la ayuda de tu farmacéutico, siempre que sigas al pie de la letra las instrucciones del prospecto de los medicamentos que compres en la farmacia. Sin embargo, si sufres dolor crónico en la rodilla, debes consultar a tu médico.
Un médico evaluará tu cuadro y sintomatología teniendo en cuenta un conjunto de criterios clínicos antes de llegar a un diagnóstico de osteoartritis o indicarte un plan de tratamiento personalizado. Antes de acudir a la consulta, te será útil saber cómo hablar con tu médico sobre tu dolor.
El dolor de rodilla puede ser crónico o agudo:
- El dolor crónico de rodilla es de larga duración (se extiende al menos tres meses después de su aparición, aunque si sufres dolor crónico sabrás que puede durar mucho más) y persiste incluso cuando la causa que lo provocó desaparece.
- El dolor agudo es de corta duración, puedes sentir un dolor repentino tras una lesión en las articulaciones o en los tejidos blandos que rodean la rodilla.
El dolor de rodilla por la noche es más común y puede generar dificultades para dormir. El aumento del dolor por la noche también podría deberse a los cambios hormonales que ocurren en tu cuerpo durante la noche, los cuales afectan la forma en que tu cuerpo procesa ese dolor2.
La fatiga constante, y a veces el mal humor que puede acompañar el dolor crónico de rodilla, pueden ser otros síntomas indeseables de esta condición.
¿Cuándo debes acudir al médico?
No todos los dolores de rodilla son iguales. A veces, esta dolencia requiere atención médica inmediata.
Si experimentas alguno de los siguientes síntomas, que generalmente se asocian a un dolor intenso, acude al médico cuanto antes:
- La rodilla no soporta tu peso
- Inestabilidad en la rodilla o sensación de que está a punto de ceder
- Hinchazón significativa de la rodilla
- Incapacidad para extender o flexionar completamente la rodilla
- Deformidad clara en la pierna o rodilla
- Enrojecimiento, dolor e hinchazón en la rodilla acompañados de fiebre
- Dolor intenso como resultado de una lesión
- Tu dolor dura más de siete días. Si estás usando analgésicos, el prospecto te indicará cuántos días puedes seguir el tratamiento en casa antes de consultar a un médico en caso de que el dolor no desaparezca.
Causas del dolor de rodilla
La articulación de la rodilla está formada por tres huesos, tendones que conectan los huesos a los músculos y ligamentos que estabilizan y conectan los huesos. Dos piezas de cartílago en forma de C llamadas meniscos actúan como amortiguadores en la articulación, mientras que los sacos llenos de líquido sinovial, llamados bolsa sinovial, contribuyen a que la rodilla se mueva suavemente3.
Un problema en cualquier componente de esa delicada ingeniería puede causar dolor de rodilla.
Algunas de las causas más comunes se encuentran relacionadas con lesiones agudas de la rodilla, como:
- Fracturas
- Lesiones de los ligamentos
- Lesiones de menisco
Con frecuencia, las lesiones agudas se producen cuando nos torcemos la rodilla mientras practicamos deporte o sufrimos uno de esos pequeños accidentes cotidianos, como golpearnos la rodilla con la mesita auxiliar (¡nos ha pasado!). Si sientes dolor en la rodilla después de correr o después del ejercicio y puedes identificar un movimiento incorrecto, un giro inadecuado o un momento en el que apoyaste de manera extraña la rodilla, es posible que tengas una lesión aguda.
Si en el pasado tuviste una lesión y no la trataste adecuadamente, puedes experimentar brotes frecuentes de dolor o inflamación que pueden desembocar en un dolor crónico. Según la severidad del dolor, podrías necesitar tratamiento médico o recurrir a remedios caseros para el dolor de rodilla.
Rodilla del corredor
Si te encanta correr y hacer ejercicio, ¡bien por ti! Es una excelente actividad para mantenerte en forma y en movimiento. Sin embargo, los atletas y corredores son más propensos a sufrir lesiones de rodilla.
La rodilla del corredor se presenta como un dolor alrededor de la rótula y puede ser el resultado de un sobreesfuerzo, lesiones, anomalías de los huesos de las piernas y los pies o debilidad muscular. Las lesiones de rodilla son comunes entre los atletas que experimentan a menudo desgarros en los ligamentos de la rodilla, por ejemplo, lo que provoca un dolor repentino en la rodilla.
La rodilla del corredor puede afectar a cualquier persona que participe en actividades que requieran flexionar mucho la rodilla, como correr, caminar, saltar o ir en bici. Los síntomas de la rodilla del corredor son:
- Dolor detrás o alrededor de la rótula, así como dolor en el costado de la rodilla
- Dolor al doblar la rodilla
- Dolor que empeora cuando caminas cuesta abajo o bajas escaleras
- Hinchazón
- Chasquidos o crujidos en la rodilla
Voltadol puede utilizarse para el alivio del dolor ocasional en ciertas lesiones, como contracturas, distensiones, o esguinces leves.
Diagnóstico
Un examen completo realizado por un médico o fisioterapeuta te permitirá tener un diagnóstico de tu dolor de rodilla más preciso. Es probable que estos profesionales también te recomienden algunos tratamientos específicos para tu caso.
Gracias a ese diagnóstico podrás saber, por ejemplo, qué causa el dolor detrás de la rodilla, y tener un plan de tratamiento médico enfocado en tus necesidades. Por tanto, asegúrate de consultar a tu médico o profesional de la salud.
Explora los productos Voltadol para el alivio del dolor
Dolor, salud y bienestar
Ni el dolor es únicamente una sensación física ni siempre se alivia recurriendo solo a los medicamentos.
Intentaremos ayudarte a tomar las riendas en tu lucha contra el dolor, cuidando tus hábitos de sueño y alimentación, protegiendo tu bienestar mental y siguiendo terapias complementarias que alivien el dolor.